MARCHAS DE PALIO -I-

domingo, 20 de noviembre de 2011

SER COSTALER@

   Ser costaler@ es sentirse servidor del Padre y la Madre más grandes de este mundo. Poner todo nuestro saber y buen hacer para mostrarlos al pueblo con Amor y Entrega. Caminar por un Via-Crucis de Pasión que abra nuestros corazones al Perdón.

    Cargó con la Cruz de nuestros pecados y con la Resurrección alcanzó la Gloria del Padre para seguir vivo entre nosotros. Cuando cargamos cada madrugá el palo que lleva al Redentor, estamos participando del Amor y del Perdón de aquel que da la vida por sus hermanos y perdona al que le ofende.

   Cuando mimamos sobre nuestros pies el caminar de Nuestra Madre Excelsa, estamos suplicando Misericordia por nuestros pecados. Cuando salimos a la calle cada Viernes Santo, estamos pregonando el misterio de la Salvación: “que cada uno tome su cruz y me siga”.
                                                                                     
    No olvides costaler@ que ese tránsito que vives cada Semana Santa, no es mas que el prólogo del resto de tu caminar diario a lo largo del año, el modelo a seguir para aceptar con humildad la cruz que, cada día, nos tocará llevar.


   Sabéis bien l@s costaler@s lo que es la entrega, lo que es dar sin esperar recibir, lo que es el Amor sincero, pues no es sufrimiento ser costalero sino más bien Redención, pedir Perdón.

   Acoge a Cristo en tu interior y toma la Cruz a imagen suya, no rehúyas de su peso o tamaño, no la dejes arrinconada a la espera de un momento mejor. Tómala con diligencia y con paso firme y siempre de frente. Llévala con dignidad, pues sólo la Cruz es el camino a seguir, ése que cada madrugá realizas con total devoción.

   Cireneos del Señor y de su Bendita Madre, que hacéis de las calles de nuestro pueblo el Evangelio vivo que habita en vuestros corazones. Que no decaiga vuestro empeño para volver a llevar cada madrugá a Nuestro Padre Jesús Nazareno y a Nuestra Madre María Santísima del Dulce Nombre.
  
   En tu caminar va su Esperanza, en tus pasos su Perdón, en tus hombros llevas cargada su Misericordia y tus ojos rebosan su Amor, tus sudores son lágrimas del cielo que se escapan por Pasión, esa que te mueve para no rendirte ante el Dolor y seguir caminando hasta dónde quiera tu Señor, El que con la cruz al hombro llena tu corazón, es tu Vida y tu Salvación.