El Papa ha afirmado, durante la homilía de la primera misa en la capilla de Santa Marta tras los ejercicios espirituales en Ariccia (Roma), que sólo es cristiano quien no juzga a los demás sino a sí mismo.
"Todos somos maestros, doctores en justificarnos a nosotros mismos: no he sido yo; no es culpa mía; sí, pero no era para tanto..., pero así no se puede avanzar en la vida cristiana", ha explicado.
Para el Papa la frase "quién soy yo para juzgar a los demás" obedece a la invitación de Cristo: 'No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados'. "Pero como nos gusta juzgar a los demás, hablar mal de ellos", ha evidenciado.
Francisco ha precisado que " la sabiduría del cristiano es no juzgar a los demás, sino acusarse a sí mismo", según ha indicado Radio Vaticano.
Así, el obispo de Roma ha indicado que "es simple expresar juicios o sentencias sobre los demás" pero que "solo es cristiano quien tiene la honestidad intelectual de pensar sobre todo en sí mismo y en sus propios defectos. Todos somos pecadores".
El Papa ha reflexionado durante la misa sobre la misericordia y ha recordado que todas las personas cometen pecados, no sólo en "teoría", y ha subrayado que la virtud cristiana es "acusarse a sí mismo".