Buenas tardes Luís y gracias por aceptar la invitación para hablarnos un poco de tu faceta cofrade, de todo
aquello que aún no conozcamos y sobre todo de tu devoción por María Santísima.
¿Cuántos años llevas metido de lleno en el mundo cofrade?
Casi
ni me acuerdo. Empecé junto a la hermana Gregoria (HH. de la Cruz) hace unos 33
años.
¿Cómo fueron tus orígenes como
cofrade?
Todo
comienza a raíz de mi amistad con Paco Hidalgo Torralba, ayudando al grupo de
jóvenes que, por aquellos años ochenta, estaban levantando de nuevo nuestra
semana santa.
Y como vestidor, ¿cuándo y de qué
forma te iniciaste en este arte tan particular?
Empecé
vistiendo a Ntra. Sra. De la Esperanza y posteriormente a la V. de los Dolores
y V. de la Soledad cuando se marchó la Hermana Gregoria a Sevilla, quedándome
yo como vestidor después de estar desde mis inicios junto a ella y aprendiendo del “oficio”.
¿Has sido siempre el vestidor del
Dulce Nombre?
Si,
desde que llegó a nuestra hermandad en mayo de 1999. Sólo en los actos de
Bendición en Sevilla y posterior Entronización en Torreperogil (las dos
primeras veces) fue vestida magistralmente por José Antonio Grande de León,
después he sido yo el que ha tenido el honor de estar siempre junto a
Ella.
También te encargas de vestir a N. P.
Jesús Nazareno. ¿Desde cuándo vienes realizando esta labor?
Poco
después de iniciarme con la V. de la Esperanza, ya me invitaba Lucia López San Martín
(Camarera de Jesús) para ayudar a vestir al Nazareno, sobre finales de los
ochenta. Luego en 1994 entro a formar parte de la Junta de la Hermandad y me
quedo como vestidor, hasta el día de hoy.
¿Cómo afrontas cada día el privilegio
de estar tan cerca de tus Titulares y a la vez la responsabilidad de
presentarlos como merecen a la Hermandad y a los fieles/devotos?
Con
orgullo y como un privilegio, un regalo divino, pues son mis manos las que
presentan la realeza de Jesús y de María ante los ojos de sus hermanos y devotos.
¿Qué otra imágenes Marianas has
vestido o vistes actualmente?
En los
inicios fueron la V. de la Esperanza, V. de los Dolores y V. de la Soledad,
todas de la Cofradía Stmo. Cristo de la Pasión. Después llegó la V. del Dulce
Nombre. También he tenido el honor de vestir en alguna ocasión a nuestra
patrona la V. de la Misericordia. De colecciones particulares visto a la V. del
Carmen, V. del Rosario y V. de la Estrella. No puedo olvidarme de una imagen
pequeña que se venera en el oratorio de San Juan de la Cruz (Úbeda) y que por
encargo del hermano Pedro tuve el honor de vestir, encargando incluso la
confección de las ropas para dicha ocasión.
¿Qué tiempo litúrgico prefieres para
ver y contemplar a la Madre de Dios en su altar?
La
Cuaresma, pues de hebrea me comunica algo especial, la veo más cercana, más
humana.
También te dedicas a otras labores
artísticas dentro de las hermandades. Cuéntanos.
Pues sí,
me dedico desde hace tiempo al exhorno floral de los pasos y de los altares de
cultos. Me
inicié en la Cofradía del Stmo. Cristo de la Pasión, luego pasé a la Hermandad
de Jesús Nazareno y también he arreglado el de Nuestra Patrona. Para Úbeda he
arreglado los pasos de Jesús Resucitado, V. de la Paz y este año el de la V. de
las Lágrimas para su primera salida procesional.
Sé que has sido costalero, otra
experiencia más en tu vida. ¿Qué recuerdos tienes de los momentos vividos
bajo las trabajaderas?
Pertenecí
a la primera cuadrilla de costaleros, la de Ntra. Sra. de la Soledad, desde su
origen en 1987 hasta 1993. Posteriormente entré en la primera cuadrilla de
costaleros de N. P. Jesús Nazareno en 1994 y estuve hasta 2001, pues motivos de
salud me impedían seguir bajo la trabajadera, como yo hubiese querido.
¿Qué representa MARÍA en tu vida?
María
fue mi inicio como vestidor y como llamada al mundo cofrade. Siempre he estado
a su lado, sin importarme su advocación. Ella ha sido mi segunda madre. Ahora
comparto un rincón de mi casa junto a Ella y sigue siendo mi apoyo cada día.
De siempre has vivido la Semana Santa
con intensidad, tanto por el trabajo como por la devoción. ¿Qué crees que le
sobra o le falta a nuestra Semana Santa?
Creo
que le sobra protagonismo, pues no debemos olvidar que celebramos en estos días
y a quien debemos culto y así se lo manifestamos públicamente. Por
otra parte, creo que le falta devoción, sentimiento, compromiso. No sé si serán
los años, pero todo esto se echa en falta; trabajar por y para la Hermandad.
¿Qué momentos cofrades guardas en tu
memoria por la huella que dejaron en tu corazón y que difícilmente uno puede
olvidar?
Hay
muchos y algunos tan íntimos que no podría contarte, pero no me puedo olvidar
de mis inicios como cofrade, siendo el más pequeño del grupo. Tampoco olvidaré
la Bendición del Dulce Nombre en Sevilla y su posterior traslado hasta Torreperogil.
Otros muchos, que no desvelaré, se quedan en mi corazón para siempre.
En la vida todos nos llevamos
alegrías y decepciones. ¿Te has sentido valorado, reconocido, por lo poco o
mucho que hayas podido hacer, o piensas que somos tan “orgullosos” que no
sabemos apreciar lo que tenemos hasta que lo perdemos?
No
hago las cosas para que se me reconozca nada, pero como en todos sitios, hay
quien valora tu trabajo y hay quien olvida pronto tus desvelos para con una
Hermandad. Nunca he recibido placas, ni medallas, ni diplomas, tampoco lo he
perseguido, pues para mí un abrazo fraterno y sincero vale más que cualquier
condecoración.
Como amigo tuyo que me considero,
agradezco tus sinceras palabras, tu testimonio y sobre todo que te hayas
destapado un poco para que los seguidores de este blog te conozcan mejor, tal y
como eres (no como algunos dicen que eres). Sé también que en nuestra tertulia
te sientes cómodo, el incienso te motiva y con la compañía de la Estrella de la
mañana el verbo fluye desde el corazón, pues Ella es y será siempre tu guía. ¿Quieres
añadir algo?
Sólo darte
las gracias por tu atención y dar gracias a la Santísima Virgen por la
salud que me da cada día.
Gracias Luis, gracias amigo.