MARCHAS DE PALIO -I-

lunes, 1 de abril de 2013

PESADILLAS COFRADES. OTRA MADRUGÁ MÁS.

Llevamos tres años consecutivos en los que salimos y nos mojamos, no salimos, y volvemos a salir y nos mojamos; es una pesadilla cofrade. Por una parte el tiempo y por otra las personas. No sé si se puede aprender algo de todo esto, si puede más el corazón o la presión de la gente, pero lo que si hay que tener claro es que las lágrimas en el interior del templo son diferentes a las derramadas por la lluvia.

¿Es aconsejable arriesgar?. Aconsejable, porque hay quienes en lugar de frenar, aceleran y esos consejos poco ayudan. Pienso que con Jesús y con María, representados en sendas imágenes procesionales, no se pueden ni se deben hacer "apuestas". Sólo el viento pudo jugarnos una desagradable sorpresa de seguir adelante y eso que nos avisó, pero parece que estamos ciegos mirando a otro lado.


Desde la iglesia también se puede ayudar y poner su granito de arena para que no ocurran estas cosas, pero parece que tampoco es su línea a seguir y también se opta por acelerar (baste como ejemplo ver este año el interior del templo y entenderán de lo que hablamos).

Hoy en día disponemos de medios para intentar saber lo que puede ocurrir meteorológicamente hablando (nunca se sabe con certeza lo que ocurrirá) y sería suficiente con tener una duda para tomar la decisión más sensata, aunque sea dolorosa. Tenemos que saber y enseñárselo a los demás, que estamos celebrando la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, y esa conmemoración no se puede convertir en otro acto donde las personas sean las protagonistas por el pesar de no salir o de volverse por la lluvia. Nosotros no somos nada, a nosotros no tienen que manifestarnos condolencias. Cristo es quien se nos manifiesta en estos días para recordarnos por qué entregó su vida. Él es el único protagonista, pero seguimos mirando para otro lado.
  
Por otra parte, estamos asistiendo a una bajada significativa en el guión de herman@s que visten la túnica, otra pesadilla cofrade, otro aspecto que la cofradía debe cuidar e intentar paliar dicho descenso con acciones encaminadas a multiplicar el número de penitentes que acompañen cada madrugá a sus sagrados titulares. Salvo la edad o imposibilidad física, no hay motivos para decir que eres hermano cofrade y no manifestarlo públicamente en estación de penitencia cada año, pero seguimos viendo como muchos de ellos prefieren quedarse en la acera o en el balcón "viéndola pasar". Lo mismo es más sensato borrarse de una cofradía que estar pagando una cuota como si de una limosna se tratase.

Hermanos activos es lo que se necesita hoy en día para que una Hermandad esté viva, para que una Cofradía permanezca viva.

Aún quedan pesadillas cofrades que contar, pero mejor será dejarlas para otro momento.