MARCHAS DE PALIO -I-

viernes, 19 de octubre de 2012

EL INCIENSO.

El uso del incienso es una herencia de la liturgia judía. Como símbolo, une el fuego al humo y al perfume.

Quemar es signo de adoración, de ofrecer un sacrificio. El humo se eleva como la oración que sube al cielo. El perfume le confiere el toque de belleza y agrado.

Dotar de un aura de solemnidad al oficio religioso o la procesión es el sentido del perfume, del aroma que inunda las naves de un templo o la propia calle delante de un paso.


Se inciensa a Dios y todo aquello que le pertenece.