MARCHAS DE PALIO -I-

domingo, 28 de febrero de 2016

TRIDUO Y VIA CRUCIS 2016.

Acabamos de celebrar la Fiesta Principal como culminación de los días de Triduo que la Cofradía consagra en honor a Nuestros Sagrados Titulares en Cuaresma. Este año se ha adelantado una semana sobre su fecha tradicional, el 4º domingo de Cuaresma. 

Aunque el frío y la lluvia han sido protagonistas en esta semana, ello no ha sido obstáculo alguno para que se palpase el calor humano que ha rodeado estos cultos. Algo más de asistencia y recogimiento pueden definirlos, amen del Altar de cultos que ha presidido la liturgia de estos días.


Es cierto que la belleza atrae a las personas y puede ser una buena excusa para que asistan más herman@s a los cultos recogidos en nuestros estatutos. Pero también es necesario el compromiso de todas las personas que integramos una Hermandad, el ser conscientes de donde estamos y para qué ( la procesión no lo es todo).

Si tuviese que resumir lo vivido estos días, escogería dos palabras de nuestro capellán: Unidad y Fraternidad. Parece obvio pero, ciertamente las hermandades, muchas veces no manifiestan el signo del amor fraterno (entre hermanos) y también adolecen de la unidad como símbolo de que todos somos hijos de un único Dios. Qué fácil es decirlo y que difícil es cumplirlo; realmente todo un reto.

El Via Crucis, que debía celebrarse el sábado tras el 3º día de Triduo, no se pudo realizar por la calles de la feligresía debido al mal tiempo. Ello nos privó de una salida en andas de Ntro. Padre Jesús, pero nos regaló un momento de recogimiento, de plenitud, de oración; que junto a la música de capilla nos hizo recorrer las 14 estaciones camino del calvario en un ambiente idóneo, en un marco incomparable ( a la luz de las velas). Nada distraía, todo ayudaba a entender mejor por qué Jesús acepta la cruz.

Qué forma más bonita de vivir la Hermandad, pues en el templo está la Esencia de lo que profesamos. Ojalá que todos los que integramos la Cofradía de N. P. Jesús Nazareno y Mª Stma. del Dulce Nombre seamos capaces de aprovechar estos momentos para recapacitar y pensar si realmente formamos parte de una Hermandad. Este año de la Misericordia es ideal para posicionarnos y dejar la hipocresía a un lado.