MARCHAS DE PALIO -I-

viernes, 11 de enero de 2013

COSTALEROS, SI O NO.

Ya se viene dando en otros lugares y aquí no íbamos a ser menos. Estamos pasando de hermana/o costalera/o a sólo costalera/o, e incluso en muchos casos a ni hermana/o, ni costalera/o.

¿Se puede achacar a la crisis no tener dinero para pagar una sencilla cuota?

No lo creo, pues cualquier usuario de teléfono móvil paga al mes más de esa cantidad. Lo que ocurre es que ya no está de moda, representa un sacrificio asistir a unos ensayos y dejarse el futbol  u otras cosas (aunque sean 6 ensayos al año), y si además hay que pagar para ser hermano de una Cofradía, pues “me lo pones a huevo”, me quito de todo.

Estamos pasando por una crisis económica, no lo vamos a negar, pero llevamos más tiempo pasando por una crisis de valores y entre ellos están los religiosos.

¿Están las Hermandades preparadas para lo que se les viene encima o es que aún no se han dado cuenta y creen que esto es algo pasajero?

Hemos estado, como la propia iglesia, ocupados de lo externo porque era llamativo y creíamos que así se atraía a las personas. Pero cuando no hay base, cuando la formación brilla por su ausencia, cuando “los cristianos” se encierran en  “pequeños grupos privados” a pesar del carácter público de la iglesia y de sus asociaciones, los frutos que vemos son estos: poca cosecha y de mala calidad.

¿Tenemos lo que nos merecemos? Cabe la duda de si lo merecemos o no, pero lo que tenemos si que está claro.

Ahora no podemos culpar también de esto “al gobierno”. En estas cosas la culpa es nuestra, de cada uno de los decimos ser pero actuamos como el que no lo es, de los que queremos salir en todas las fotos y siempre salimos movidos, de los que no predicamos con el ejemplo. Si todos los que nos llamamos cristianos viviésemos como tales al menos en un 10% <si, sólo a un diez por ciento> entonces otro gallo nos cantaría, porque lo bueno se contagia y llega al corazón verdaderamente.

Si la gente viene y se va, pasan sin dejar huella, entonces es que no ha calado en ellos el verdadero espíritu cristiano, el único motivo que debe mover realmente a un costalero para ser los pies del Maestro de Nazaret.

Y es que al final, de un año para otro, sólo nos queda la procesión como la manifestación más frecuentada por hermanas-os cofrades, y cuando ese día llueve no queda ni la procesión.

¿Ha llegado el tiempo para la reflexión?.