En estas fechas estivales, de siesta, me viene el recuerdo de aquellas primeras personas que conocí en esta Hermandad, que me invitaron a participar junto a ellos en las tareas típicas previas a la salida procesional y que me ofrecieron la posibilidad de crear la primera cuadrilla de hermanos costaleros de Jesús Nazareno.
Agradeceré siempre la confianza que depositaron en mi persona y que me permitieran colaborar para levantar aún más esta Antigua Cofradía. Mi recuerdo para Narciso y Pablo, que ya gozan de su presencia en el cielo, para Pepe, Cándido, Manolo, ...... , para Ginés y Lucia, y para todas las demás personas que se cruzaron en mi camino nazareno; de todas ellas aprendí algo bueno. Y no puedo olvidar a las hermanas Patón, Antonia y Juana fueron mis "estrellas", me guiaron desde mis inicios como cofrade y posteriormente en esta hermandad.
Tan solo pedir a Jesús por tod@s aquell@s que ya no están con nosotros, para que les conceda el descanso eterno. Solamente ell@s y yo sabemos todo lo que han aportado de forma anónima para engrandecer el patrimonio de esta Hermandad Nazarena.
Lo que hicieron en la tierra debe tener su recompensa en el cielo.
