MARCHAS DE PALIO -I-

miércoles, 25 de julio de 2012

TRES DE CORNETAS Y TAMBORES.

Al hilo de la música cofrade para paso de Cristo y más concretamente en el apartado de bandas de cornetas y tambores, mis marchas preferidas serían al menos tres; desde el clasicismo de Escámez, al melódico Puelles o al polifónico Vera Cuder.

Cristo del Amor (1944) de Alberto Escámez, Requiem (1986) de Bienvenido Puelles y Silencio Blanco (1988) de Julio Vera, serían las tres obras que pueden definir perfectamente el andar de un paso de Cristo sencillo, sobrio, y elegante, pues una marcha procesional es sólo un complemento más, como lo es el bordado, la orfebrería, la flor, la cera, etc.

A quien le diga más una marcha que una imagen, va por mal camino.

Desgraciadamente ya todo vale para el disfrute de los costaleros y para ese público que mira más para el suelo o para atrás (buscando el banderín) y menos para el cielo. ¡ Así nos va ¡

Se está perdiendo el norte, y esta fiesta (no olvidemos, CATÓLICA) cada vez se está convirtiendo en algo muy distinto, en la que pueden participar personas -sin ninguna creencia en Jesucristo y en su Santísima Madre- simplemente por el hecho de que está “chulo” tocar detrás de un paso con un uniforme o está de moda salir de costalero.

Y, muy importante, nunca olvidemos que el Señor del Gran Poder de Sevilla o “el Abuelo” de Jaén (por poner unos ejemplos) son el mismo que cualquiera de los que procesionan por nuestra Andalucía, EL MISMO.

Disfrutemos de la música, pero creyendo más en Dios y menos en “el izquierdo por delante”.

Os dejamos un video de Silencio Blanco, tocado por la banda del Stmo. Cristo de las Tres Caídas, a la salida del paso de misterio de la sevillana hermandad de la Amargura.


miércoles, 18 de julio de 2012

SOLEÁ DAME LA MANO.

Para mi es la mejor marcha que se puede escuchar en Semana Santa. Se puede interpretar a un PALIO, independientemente del carácter que pueda tener el mismo, pues no es fúnebre, ni lenta, ni alegre… Es, en si misma, LA MARCHA DE PALIO.
Su autor es Manuel Font de Anta, aunque se cree que fue su hermano José quien realmente la compuso. La instrumentación es de su padre, Manuel Font Fernández, (1918) y está dedicada a los presos de la cárcel de Sevilla e inspirada en la Esperanza de Triana (cuando pasaba por la cárcel).
Portentosa de principio a fin, con una introducción sobrecogedora, efectista, imprescindible… se puede decir que es como la banda sonora de la Semana Santa.
Tras escucharla (si es tras un palio, mejor) nadie queda indiferente, pues mas que una marcha podemos decir que es una OBRA SINFÓNICA (algunos le llaman poema sinfónico).
La podéis escuchar abajo, en este video de -La Estrella- acompañada por la banda la Oliva de Salteras, y os daréis cuenta que tiene un compás especial, muy adecuado para el andar de un palio, siempre de frente. Una verdadera joya para entender mejor los misterios dolorosos de María, para ponerle un poco de dulzura a tanta pena. Un regalo para los sentidos.