Al
hilo de la música cofrade para paso de Cristo y más concretamente en el apartado
de bandas de cornetas y tambores, mis marchas preferidas serían al menos tres; desde el clasicismo
de Escámez, al melódico Puelles o al polifónico Vera Cuder.
Cristo del Amor (1944) de Alberto Escámez, Requiem (1986) de Bienvenido Puelles y Silencio Blanco (1988) de Julio Vera, serían las tres obras que pueden
definir perfectamente el andar de un paso de Cristo sencillo, sobrio, y elegante,
pues una marcha procesional es
sólo un complemento más, como lo es el bordado, la orfebrería, la flor, la cera, etc.
A quien le diga más una marcha que una imagen, va por mal camino.
Desgraciadamente ya todo vale para el disfrute de los costaleros y para ese público que mira más para el suelo o para atrás (buscando el banderín) y menos para el cielo. ¡ Así nos va ¡
Se está perdiendo el norte, y esta fiesta (no olvidemos, CATÓLICA) cada vez se está convirtiendo en algo muy distinto, en la que pueden participar personas -sin ninguna creencia en Jesucristo y en su Santísima Madre- simplemente por el hecho de que está “chulo” tocar detrás de un paso con un uniforme o está de moda salir de costalero.
Y, muy importante, nunca olvidemos que el Señor del Gran Poder de Sevilla o “el Abuelo” de Jaén (por poner unos ejemplos) son el mismo que cualquiera de los que procesionan por nuestra Andalucía, EL MISMO.
Disfrutemos de la música, pero creyendo más en Dios y menos en “el izquierdo por delante”.
Os dejamos un video de Silencio Blanco, tocado por la banda del Stmo. Cristo de las Tres Caídas, a la salida del paso de misterio de la sevillana hermandad de la Amargura.